• Una electrificación más rápida impulsaría las acciones y los beneficios de las empresas automovilísticas según un análisis financiero

    Un temprano abandono de las ventas de motores de combustión favorece al sector automovilístico europeo y los empleos derivados.

    Según un análisis financiero de seis empresas automovilísticas, los fabricantes de automóviles aumentarán su valor de mercado y márgenes de beneficios pasando a los vehículos eléctricos con mayor rapidez que la prevista actualmente. La conclusión de este análisis es que estos fabricantes añadirían 800.000 millones de euros al valor de sus acciones si hicieran una transición más rápida[1] durante esta década en lugar de aferrarse a su modelo de negocio de motores de combustión. Los resultados contradicen la versión del sector de que la iniciativa europea de vender exclusivamente vehículos de cero emisiones para 2035 perjudicaría la rentabilidad y costaría puestos de trabajo.

    Los fabricantes se enfrentan a la posibilidad de que disminuyan los beneficios procedentes de los motores de combustión a finales de la década de 2020, ya que la competencia de los vehículos eléctricos de batería, de menor precio, y las normativas más estrictas afectarán a las ventas y reducirán su economía de escala. Para modelar el flujo de caja futuro de los seis fabricantes de automóviles, la consultora Profundo examinó sus cifras financieras y separó los negocios de vehículos eléctricos y de motores de combustión de cada fabricante en dos empresas distintas. Los hallazgos del análisis son los siguientes:

    • Se espera que los márgenes de beneficio de las empresas de vehículos eléctricos superen los de los fabricantes de motores de combustión en 3-5 años.
    • Hacia finales de la década de 2020, los márgenes de beneficio de los fabricantes de motores habrán disminuido e incluso podrían ser negativos en los balances.

    Luca Bonaccorsi, director de finanzas sostenibles de Transport & Environment (T&E), que encargó la investigación, señaló: «Optar por un lento abandono de los motores de combustión es un suicidio financiero para las empresas automovilísticas. La lentitud de la transición destruye el valor de los accionistas y hace que empresas enteras corran el riesgo de desaparecer. La única transición que tiene sentido comercial es rápida y vertiginosa».

    La disminución de los beneficios de los motores de combustión alejará a los inversores de las empresas que tarden en electrificarse. Profundo utilizó una metodología estándar de «suma de partes» para evaluar el valor de mercado que puede alcanzar cada fabricante de automóviles en supuestos de electrificación rápida y lenta. Su modelo muestra lo siguiente:

    • Las acciones de los seis fabricantes de automóviles podrían crecer un 316 %, de media, si la transición a los vehículos eléctricos fuera más rápida entre 2025 y 2030 que lo que tienen planeado actualmente.
    • Una transición a vehículos eléctricos más lenta de lo previsto en esos años reduciría el crecimiento del valor de mercado e incluso podría disminuir la valoración de Toyota (uno de los fabricantes de automóviles más lentos en electrificarse hasta ahora) con respecto a la actual.

    Según el análisis, el fabricante de automóviles de gran consumo Volkswagen podría casi triplicar su valor de mercado (253 %) y Stellantis podría casi quintuplicarlo (388 %) con respecto al actual si hacen la transición a vehículos eléctricos con mayor rapidez que la prevista. Toyota, que está tardando en electrificarse, presenta un menor potencial de crecimiento (70 %).

    En el mercado de automóviles de alta gama, las oportunidades son aun mayores: Mercedes-Benz podría aumentar en un 471 % su valor de mercado en 10 años, y BMW podría ser el siguiente con un 472 %. Incluso Volvo Cars, que actualmente está valorada por el mercado con el doble de generosidad que las demás gracias a su ventaja en la electrificación, puede aumentar un 245 % si acelera el ritmo.

    En Europa, el principal motor de la electrificación son las normas de la UE sobre vehículos limpios. La propuesta actual de adoptar normas más ambiciosas requeriría pocos avances hasta 2030. No obstante, el estudio de Profundo muestra que en 2030 será demasiado tarde para hacer el cambio si los fabricantes de automóviles desean evitar daños financieros, con consecuencias posiblemente nefastas para los empleos del sector automovilístico.

    Carlos Rico, experto en electrificación de coches de T&E, declaró: «Al contrario de lo que dicen los directivos de la industria, no vamos a salvar los puestos de trabajo manteniendo la producción de motores de combustión. Los eurodiputados españoles tienen la clave para acelerar la electrificación y para que España siga siendo competitiva en el mercado automovilístico mundial apoyando las ambiciosas normas de CO2 sobre vehículos de la UE, con una fecha de fin de ventas no posterior a 2035. El plan Fast Future Forward es el modelo a seguir, que demuestra el esfuerzo y el compromiso de Volkswagen por fortalecer su marca y su valor de mercado».

     

    Notas:

    [1] Se siguieron tres pasos en este análisis. En primer lugar, Profundo analizó las cifras financieras y los planes estratégicos de dominio público de cada empresa. En segundo lugar, modeló los flujos de caja de cada empresa separando los negocios de vehículos eléctricos y de motores de combustión en dos empresas distintas. Empleó una metodología de «flujo de caja descontado» para evaluar los márgenes operativos, los beneficios y el flujo de caja libre global de cada empresa. En tercer lugar, Profundo usó una metodología de valoración de «suma de partes» para evaluar el valor de mercado teórico que podría alcanzar cada empresa en tres supuestos: transición a vehículos eléctricos lenta, básica y rápida.

    La hipótesis de base tiene en cuenta las estrategias actuales de los fabricantes de automóviles. El supuesto de transición rápida se basa en que cada fabricante de automóviles realice la transición a las ventas de coches y furgonetas eléctricos en 2025-2030 con mayor rapidez que en sus planes actuales, alcanzando el 100 % en 2035. El supuesto de transición lenta se basa en que cada fabricante de automóviles solo realice alrededor de la mitad de su cuota de ventas de vehículos eléctricos prevista para 2025-2030.