• Los eurodiputados optan por objetivos débiles en lo que supone un duro golpe para el clima y para los vehículos eléctricos asequibles

    El Parlamento Europeo debe apoyar un objetivo más ambicioso en 2030 y un objetivo intermedio en 2027 para los fabricantes de coches para reducir el precio de los coches eléctricos y ayudar a los países miembros a reducir sus emisiones del transporte.

    Los parlamentarios europeos han respaldado el objetivo de automóviles de cero emisiones para 2035, pero han renunciado un objetivo de reducción de emisiones propuesto para 2027 que es esencial para conseguir que el vehículo eléctrico sea asequible mucho antes. El grupo ecologista Transport & Environment (T&E) instó al Pleno del Parlamento Europeo que apoyase este objetivo intermedio de 2027 y un objetivo más ambicioso para 2030 para hacer a los vehículos eléctricos más asequibles en esta década y ayudar a los países de la UE a alcanzar sus objetivos climáticos nacionales.

    La Comisión de Medio Ambiente también votó a favor de exigir a los fabricantes de automóviles que recorten las emisiones medias de sus flota de coches en un 20% para 2025, con respecto a 2021, en un 55% para 2030 y en un 100% para 2035. Conservadores e incluso algunos eurodiputados socialistas han rechazado este nuevo objetivo intermedio en 2027 que obligaría a los fabricantes a elevar sus ventas de vehículos eléctricos antes de 2030. 

    Los eurodiputados socialistas españoles, que han rechazado el objetivo de 2027, han votado en contra de su grupo presionados por el Ministerio de Industria, a pesar de que el Ministerio de Transición Ecológica es el que lidera este dossier. España, por tanto, da la espalda a los socialistas europeos en la puja por una mayor ambición climática y evidencia su falta de compromiso con la electrificación y la reducción de emisiones en el transporte. La eurodiputada Susana Solís de Ciudadanos ha ido más allá, rechazando además aumentar la ambición en el objetivo de 2030, es decir, sacrificando la década del 2020 en la que España seguirá anclada a los combustibles fósiles en la automoción. Esta eurodiputada también ha votado de manera contraria a la de su grupo y su voto ha sido decisivo para tumbar la mayor ambición climática de la enmienda. 

    Según Carlos Rico: «La normativa relativa a los automóviles limpios de la UE está impulsando el auge de vehículos eléctricos que necesitamos de cara a descarbonizar los coches y cumplir nuestros objetivos climáticos. Pero ese auge decaerá entre este momento y el final de la década a no ser que los legisladores incluyan un objetivo intermedio en 2027 y un objetivo más ambicioso en 2030. Sin dicho objetivo, Europa podría no vender suficientes automóviles de cero emisiones esta década para cumplir sus propios objetivos de 2030, así como los objetivos de muchos países europeos».

    El comité ha votado en contra de un vacío legal en los objetivos de CO2 para el uso de combustibles sintéticos en coches, la última falsa solución verde que quiere vender la industria petrolera. Los combustibles sintéticos han sido promovidos por la industria de los combustibles fósiles como una manera de prolongar la vida del motor de combustión interna más allá de los límites marcados por la descarbonización. Pero numerosos tests han mostrado que quemar combustibles sintéticos seguirá emitiendo partículas tóxicas de NOx al aire, junto con el hecho de que conducir con estos combustibles es mucho más caro que conducir un vehículo eléctrico. Producir combustibles sintéticos es además mucho menos eficiente que alimentar un vehículo eléctrico de batería.

    Carlos Rico ha declarado: “Los vehículos eléctricos de batería ofrecen a los conductores la forma más limpia, eficiente y asequible de descarbonizar, mientras que los combustibles sintéticos simplemente alargarían la vida de los viejos motores contaminantes. El Parlamento debe de seguir manteniendo cerrada la puerta a lo que sería un costoso e ineficiente desvío de la carrera de la UE hacia la neutralidad en carbono.”

    El pleno del Parlamento Europeo votará si adopta los estándares de CO2 para coches el 7 o el 8 de junio. Los eurodiputados empezarían entonces las negociaciones con los gobiernos de la UE para la normativa final. 

    Los fabricantes de furgonetas deberán reducir su media de emisiones en los vehículos nuevos en un 15 % para 2025 y en un 50 % para 2030, han anunciado los europarlamentarios. También han declarado que, en 2035, todas las furgonetas nuevas sean de cero emisiones. A día de hoy, los coches son responsables del 13 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE, y las furgonetas lo son del 2 %.