• La Unión Europea acuerda la adopción del mandato más ambicioso del mundo en materia de combustibles verdes para la aviación

    Los negociadores de la Unión Europea (UE) han aprobado un mandato para el uso de combustibles verdes en el sector de la aviación y abre así la puerta a un mercado europeo de este tipo de combustibles.

    Matteo Mirolo, responsable de Aviación en T&E, lo explica así: «Este acuerdo pionero constituye un apoyo sin fisuras al mandato más ambicioso del mundo en materia de combustibles verdes para el sector aéreo. La UE ha doblado su apuesta a favor de los combustibles sintéticos, imprescindibles para la descarbonización del sector, y ha puesto límites al uso de biocombustibles no sostenibles en los aviones».

    La legislación sobre combustibles verdes para la aviación —conocida como ReFuelEU— establece que, a partir de 2025, todos los vuelos procedentes de aeropuertos de la UE estarán obligados a ir utilizando una proporción mínima cada vez mayor de combustibles avanzados sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés), empezando por un 2% en 2025. En 2030, este porcentaje se eleva hasta al 6% y se irá incrementando gradualmente hasta el 70% en 2050. 

    Entre estos objetivos se incluirán, además, requisitos para los combustibles sintéticos (e-queroseno), que son el único tipo de SAF cuya producción puede aumentar de escala de manera sostenible para cubrir la demanda de combustible del sector. Los negociadores acordaron un mandato del 1,2% para los combustibles sintéticos entre 2030 y 2031 y del 2% entre 2032 y 2035. Se trata de un marcado aumento respecto a la propuesta original de la Comisión Europea (0,7% entre 2030 y 2035) y una importante victoria para el Parlamento Europeo.

    Los negociadores también han acordado una definición precisa de biocombustible sostenible para la aviación: quedan excluidos de esta categoría algunas de las materias primas de biocombustibles más controvertidas, como los cultivos alimentarios y los subproductos del aceite de palma (PFAD), pero se mantienen otras materias primas problemáticas que ni son ni sostenibles ni permiten un aumento de escala. 

    Así, los proveedores de combustibles podrán cumplir estos objetivos mediante el uso de grasas animales y de aceite de cocina usado, ambos disponibles en cantidades limitadas. Las grasas animales son subproductos del proceso de sacrificio de animales. Su inclusión en esta categoría plantea riesgos, ya que podría limitar el suministro de esta materia prima en otras industrias donde ya se utiliza, como la de alimentación para mascotas. Por su parte, el aceite de palma se suele utilizar como sustituto de las grasas animales. Los negociadores no han establecido aún ningún límite a la utilización de aceite de cocina usado, que podría convertirse en la opción más demandada por parte del sector europeo de la aviación, por encima de lo que puede suministrar de manera sostenible el continente, que pasaría a depender de las importaciones, con el riesgo de fraude que esto implica. 

    Los efectos derivados de gases no CO2 de la aviación se cuelan también en el acuerdo final. Las emisiones de gases distintos del CO2 suponen dos tercios del impacto climático de la aviación, pero hasta ahora los esfuerzos legislativos en este sentido habían sido infructuosos. La iniciativa ReFuelEU abre ahora la puerta a la regulación de la calidad del combustible para garantizar que presenta concentraciones de hidrocarburos aromáticos más bajas y menor contenido en azufre. Para T&E, este es un paso significativo hacia la reducción de los impactos climáticos de la aviación no vinculados al CO2, además de contribuir a mejorar la calidad del aire alrededor de los aeropuertos. 

    Según Matteo Morilo, «con este acuerdo y la última disposición en materia de derechos de emisión de SAF que se acordó la semana pasada, las aerolíneas tienen la certeza de que los combustibles verdes, y en particular el queroseno sintético, se abaratarán y estarán ampliamente disponibles. Ya puede empezar la expansión de los combustibles verdes, pero aún queda trabajo por hacer. Garantizar el éxito de los SAF exigirá políticas de apoyo industrial al queroseno sintético, pero también salvaguardias más firmes para garantizar que no se cuelen biocombustibles insostenibles en los depósitos de los aviones”.».