Dinamarca está a la cabeza de Europa en cuanto a la utilización de autobuses de cero emisiones, con un 78% de los autobuses de nueva adquisición en 2019 alimentados con electricidad, de acuerdo con los últimos datos de Transport & Environment (T&E). En Luxemburgo y los Países Bajos, la proporción de autobuses nuevos de cero emisiones es de alrededor de dos tercios. Según T&E, el resto de países de la UE, incluido España, tienen ahora una gran oportunidad para avanzar en este sentido si deciden incluir los autobuses libres de emisiones en los planes de recuperación tras la crisis de la Covid-19 que deben presentar a la Comisión Europea a finales de abril.
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En Suecia, Noruega y Finlandia, respectivamente, el 26%, el 24% y el 23% de los autobuses urbanos que se matricularon en 2019 eran vehículos de cero emisiones (eléctricos o de hidrógeno). Los casos de Italia, Polonia, Alemania, el Reino Unido, España y Francia, que acumulan el 70% de las adquisiciones de autobuses que se realizan en Europa, son especialmente preocupantes por el enorme retraso que acumulan al respecto. En 2019, menos del 10% de los autobuses nuevos que se matricularon en estos países funcionaron con electricidad o hidrógeno.
No obstante, Alemania ha hecho avances significativos en 2020 y en la actualidad está financiando el 80% del mayor precio de compra de los autobuses eléctricos. Por su parte, Polonia ha anunciado que en las ciudades de más de 100.000 habitantes todo el transporte público estará completamente electrificado en 2030 y ha destinado 290 millones de euros a este objetivo.
Sin embargo, es imprescindible que todos los estados miembros sigan avanzando en este ámbito y, para T&E, los 750.000 millones de euros del Fondo de Recuperación Europeo post Covid-19 constituyen una gran oportunidad de financiación para el despliegue de autobuses eléctricos. Un recurso que además será imprescindible para los países que ocupan los últimos puestos en la tabla: Austria e Irlanda han seguido matriculando autobuses urbanos que generan emisiones en 2019, mientras que en Suiza y Grecia, menos del 4% de los autobuses nuevos son vehículos de cero emisiones.
Según Carlos Bravo, portavoz de T&E en España: “Los parques de autobuses urbanos recorren millones de kilómetros al año. Si queremos descarbonizar nuestras ciudades, estos vehículos deben pasar a ser de cero emisiones lo antes posible. Los países nórdicos, Luxemburgo y los Países Bajos son el ejemplo de cómo poner en circulación autobuses eléctricos. Otros países, especialmente los que fabrican grandes cantidades de autobuses, como Italia, España y Francia, y aquellos que están iniciando esta transición, como Austria, deben redoblar sus esfuerzos”.
T&E también publica hoy un informe en el que se identifican los cinco pasos fundamentales para poner en circulación autobuses eléctricos, partiendo del liderazgo político y el apoyo financiero. Por ejemplo, el gobierno holandés estableció en 2016 que desde 2025 todos los autobuses de nueva adquisición deberán ser de cero emisiones, y a partir de 2030, deberán serlo todos los autobuses que estén en circulación. Además, como parte del proceso de adquisiciones públicas, sólo se podrán adjudicar contratos de autobuses a aquellos operadores que alcancen o superen dichos objetivos.
Carlos Bravo, portavoz de T&E en España, manifestó: “Los autobuses urbanos de cero emisiones son una excelente herramienta de lucha contra la contaminación atmosférica, el cambio climático y la contaminación acústica, y su coste total a lo largo de su vida útil es menor que el de los autobuses diésel. Pedimos al Gobierno que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española que se está elaborando en este momento incluya la financiación para la sustitución de los autobuses de combustibles fósiles por autobuses de cero emisiones“.
Para T&E, es necesario que la Ley de Movilidad Sostenible y Financiación del Transporte Público en la que está actualmente trabajando el Ministerio de Transporte, Mobilidad y Agenda Urbana, incluya medidas que favorezcan la rápida sustitución de los autobuses de combustibles fósiles por autobuses de cero emisiones (eléctricos a batería o de célula de combustible de hidrógeno verde) por parte de los ayuntamientos.
Esta sustitución de autobuses contaminantes por autobuses limpios de cero emisiones es especialmente importante teniendo en cuenta que los ayuntamientos de poblaciones de más de 50.000 habitantes estarán obligados a desplegar Zonas de Bajas Emisiones en sus municipios, una vez entre en vigor la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, una vez superada la tramitación parlamentaria de ésta.
Can we get out of our mobility habits?
System thinking is badly needed in mobility policy. The Covid-pandemic – undesired and unpleasant – provided two illustrations.
From sketching a blueprint to implementing a greenprint for the EU’s economy.
T&E's president explains why Europe's dense cities are better